A finales del siglo XIX, el corzo ocupó toda la península ibérica. Sin embargo, hasta los años 60 del siglo XX sufrió tal presión que desapareció de grandes extensiones y su población quedó muy comprometida hasta casi la extinción.
La caza del corzo es, sin duda, una de las especialidades cinegéticas más interesantes. Por su tamaño, su naturaleza huidiza y el entorno boscoso en el que suele habitar, esta pieza de caza resulta difícil de abatir. Y, aunque pueda parecer que un rececho tenga las mismas características para abatir un corzo, rebeco o macho montés; realmente, cada uno requiere unas técnicas diferentes. De todas formas, siempre hay ayudas que permiten lograr el éxito en la cacería.